Se desteje el cielo en copos
y se derrama en algodones
sobre la ciudad de paso,
cada vez más de paso
en un camino de rito.
Ni la nieve tiene afán
de perdurar en tus calles,
Mieres del Camino
sin apenas parada y fonda.
Nostálgica de esplendores
proletarios,
capitalizados,
amortizados
y engullidos.
Qué hacer de ti
ahora,
ciudad callada
de oropeles de domingo,
donde vine
y me sostienes
mientras te siembro
de palabras perecederas
en los rumores
de terrazas bajo magnolios.
y se derrama en algodones
sobre la ciudad de paso,
cada vez más de paso
en un camino de rito.
Ni la nieve tiene afán
de perdurar en tus calles,
Mieres del Camino
sin apenas parada y fonda.
Nostálgica de esplendores
proletarios,
capitalizados,
amortizados
y engullidos.
Qué hacer de ti
ahora,
ciudad callada
de oropeles de domingo,
donde vine
y me sostienes
mientras te siembro
de palabras perecederas
en los rumores
de terrazas bajo magnolios.
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