De un  tiempo
 a  esta parte
 van  las miradas
 arrastrándose
 por  las aceras.
 No se  alzan,
 yendo  en busca
 de  monedas de esperanza
 extraviadas.
 Otras,
 a  media altura,
 pierden el enfoque
 en el  infinito,
 huyendo de la nuca
 del  antecesor en la cola,
 fila  sinuosa
 de  hijos del subsidio,
 o  huérfanos de todo.
 Mengua el pan,
 amoldado al disponible,
 dietético,
 económico.
 Se  saben atracados,
 timados a boletín,
 a  expediente,
 y la  usura,
 córvido repoblado,
 sobrevuela parques
 de  ocios forzados.
 Mengua el mendrugo,
 la  rabia medra,
 brota  la chispa
 para  el posible incendio
 donde  purgar infamia.
 
Es un verso bonito,pero tengo que decirle "si me lo permite"que las monedas de la esperanza no se pierden.Creo que las miradas no se alzan,quiza por otras cuestiones.
ResponderEliminarYo otra vez.Perdón por olvidarme algunos acéntos.Soy un poco torpe.
ResponderEliminar