Disturbado por la ausencia
de barricadas en la mente,
se me envía aviso urgente
de alistarme en la demencia.
Pues resulta procedente
recurrir a la locura
para evadir la amargura
que se me sirve caliente,
fermentada en levadura
que me levanta la piel,
aderezada con hiel
y unas gotas de angostura.
Pero descalzo mis pies
para jugar con los charcos,
en la intemperie me embarco
y pongo rumbo a tu piel
dónde mi nave embarranco
a la conquista de espumas,
alumbrado por tus lunas
en tus arenas descanso.
Y no me salen las sumas,
las restas se saldan solas,
hago recuento de olas
parapetado en tus dunas.
Pues eres tú la matrona
que me hace parir palabras
en verso que se desarma
en vuelo de mil palomas.
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