Lloran gaitas de espuma
en Orzán por los valientes.
Una noche estúpida
de tercas mareas festivas
se llevó los afanes
de quién no vio muerte propia
para espantar muerte ajena.
Es el cincel del servicio quién,
a veces, graba lápida,
dolor huérfano en las casas
sedado por luz de orgullo.
El honor de lo obligado,
sin poder ser exigido,
tantas veces malogrado,
tan pocas agradecido.
en Orzán por los valientes.
Una noche estúpida
de tercas mareas festivas
se llevó los afanes
de quién no vio muerte propia
para espantar muerte ajena.
Es el cincel del servicio quién,
a veces, graba lápida,
dolor huérfano en las casas
sedado por luz de orgullo.
El honor de lo obligado,
sin poder ser exigido,
tantas veces malogrado,
tan pocas agradecido.
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