martes, 28 de enero de 2020

PASIÓN

Dame tu mano y vamos 
al vía crucis prescrito. 

Acompáñame si gustas, 
aún a sabiendas 
de lo escarpado. 

Recorrámoslo como un paseo 
de monte bajo, 
camino amable 
y paisaje ameno. 

En la cumbre ya veremos. 

Puede ser que me indulte el pretor 
o el centurión fuerce la fuga, 
gracias a la ciencia de los doctos, 
y serán por bien tenidos los azotes. 

Bajaremos en cántico de palma y olivo, 
triunfales para los nuestros. 

Si, sin embargo, 
se alza la cruz en final sentencia, 
será en paliativa seda 
como me iré sin ascensión, 
quizá sí descendimiento 
y piedad. 

No volveré al tercer día 
como nadie volvió nunca 
pero caminaré discreto 
por alguna memoria grata. 

Dame tu mano y vamos, 
que de tu mano no habrá calvario. 

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