jueves, 25 de abril de 2019

ANA

La vida no es y tú te fuiste,
fuerte y brava,
con la sonrisa tenue
de quien sabe vivir.

Llegó lo inevitable
y me desgarra
pues qué más quisiera
que haber podido
ayudar en nada.

Se va la gente,
la buena y mala,
pero la buena queda
en las memorias limpias
perdurando la huella.

El cangrejo atroz
devora sin sortilegios
y yo te invoco
como ejemplo fiero.

Lleva mi respeto,
mi afecto necio
y que quede
en los que queden
mi voluntad de memoria,
mi proximidad a la demanda.

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