Las últimas lluvias, quizá,
las últimas palabras
y las voluntades no cumplidas,
la vida yéndose
cuando nunca fue más que idea.
Este estar y el dejar de serlo,
pura anécdota
en cualquier órbita
que se precie.
Bienaventurado sea
el destiempo,
el no mearse encima
y morir de vida consciente.
Un segundo para morir
de estar vivo,
que es lo único cierto que mata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.