en aquella noche de destellos
que cayeron las voces
en el pozo de los deseos muertos.
Fue tan iracunda aquella tormenta
de medusas podridas
que no hubo tiempo
para el desalojo de la sal debida.
Puede ser hoy cuando la ausencia
o la estancia en ráfagas.
Puede ser hoy de aquel olor
a nube difunta.
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