en las palabras húmedas
que no se dicen.
Gelatinosas palabras,
falsas de moneda cambiada,
y silencios lácteos,
cuajados de hiel en rama.
De vez en cuando
el intestino,
la tripa tumefacta
y fétida
de la desidia
y el no saber qué.
Qué y para qué
pues el porqué
no tiene objeto.
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