lunes, 19 de agosto de 2019

RELATO NEGRO EN VERSO LIBRE

En la esquina sin marcar 
esperaba el asesino eventual 
para cumplir contrato, 
armado de daga helada, 
como un carámbano 
de congelar vísceras. 

El muerto inminente 
apareció al fondo, 
nebuloso de tarde de otoño 
pero reconocible en el andar 
de quién da los pasos solo necesarios. 

El sicario empuñó en el bolsillo 
el estilete de dibujar cuchilladas, 
presto para el gesto feroz 
y lanzó mirada de soslayo 
al producto en proceso mas, 
¡Que cojones!, 
vio que no estaba, 
que se disolvió en la niebla 
a la vez que sentía 
contra la trasera de la oreja 
el tacto metálico de un cañón seguro. 

- ¿Quién te paga?
Preguntó el muerto 
cada vez más presunto. 
- Tú. 
Dejó caer de su boca 
el matarife, 
como babeando el pronombre. 
- Pues hoy no será. 
- Pues no será, tú mandas. 

El no muerto se esfumó 
y el asesino decidió emborracharse, 
haciendo cuentas para el retiro. 

“No hay formalidad
ni método 
en este oficio antiguo, 
el capital todo lo pudre”. 




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