sábado, 4 de abril de 2020

TRIBUTO

Entre las guitarras muertas
escapa un ave de nieve,
nieve helada de lo que se soñó dentro.

Mientras, los besos son rojos
contra negro,
en nudo de espumas
por los planetas conjuradas.

No saben de amaneceres
los paredones ahora,
que no ejercen de fondo
de letales retratos.

Espera a desnudarte,
déjame verte en ti misma
y luego quítate las flores
que las trampas ya yo las desvelaré.

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