Y mientras tanto,
no están.
Contabilidad diaria,
punto de gráfico
y no están,
no están
y sin nadie
que esté.
Irse,
sin despedirse
y sin aliento
que te sostenga en el final.
Tanto que logramos,
tanto que tenemos
para nada tener
cuando es preciso.
Irse en el frío,
no dejar ni el hueco
y en las memorias
dejar un discontinuo.
Siempre fue la vida
un accidente,
ahora se ensaña
en el silencio que atruena.
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