Vuelve el frío,
un frío sonoro,
estridente,
de toque de diana,
a canto de gallo.
La humedad,
melódica,
en adagio,
se cuela entre las grietas
de este ser seco,
que todo filtra,
todo drena,
arenoso.
El clima,
buen compañero
para el solo,
dialoga afable
con el café templado.
La luz gris
se invita desde el ventanal,
animando a poner orden
en la aburrida cocina.
Un día cualquiera,
quizá lunes,
invade los cuartos
y te entrega el teléfono,
a saber para qué.
Si,
estamos todos
al pasar lista:
Clima,
luz,
café y lunes.
También yo,
pero no cuento,
que yo miro,
expectador
y expectante
a la circunstancia.
lunes, 25 de enero de 2010
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