Pánico en sistema 
con dineros a la fuga, 
dineros sin nombre, 
sin nombre los parados, 
número en cola 
y sed de prestación. 
Se inyectan los fondos 
en el fondo de la herida, 
gangrena vieja 
de miseria acostumbrada. 
Tú tienes la culpa, 
asalariado, 
jubilado ingrato 
o funcionario congelado. 
Tú pagarás el pozo 
que otros desecaron 
para regar sus prados, 
sus carreras 
de pelotas blancas, 
apaleadas como a tí, 
a madera o hierro. 
Que ellos se enriquecen 
por tu bien, 
por tu bienestar 
y tu libertad, 
pues eres libre 
como objeto 
del atraco regulado. 
Y los líderes bracean, 
niegan la hecatombe 
a que te arrastran 
sus desmanes 
refundadores del desastre.
miércoles, 5 de mayo de 2010
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