Yo no nací del verbo, 
que nací del adjetivo, 
tal vez de algún posesivo 
mas poseo poco acerbo. 
No me crié en la cuna 
sino en cesta vadea ríos, 
un lecho húmedo y frío 
arropado por la espuma. 
Poco tengo más que el aire, 
que las palabras más torpes, 
que se me vierten de golpe 
como un rezo en aquelarre. 
Y siembro desmán en grano 
y recojo fruto seco, 
una sombra, un reflejo, 
y lo que quepa en mi mano. 
Y así recorro veredas, 
indolente peregrino, 
y no tengo por destino 
más que el polvo de las ruedas.
lunes, 10 de mayo de 2010
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