Perdí el currículo por las calles
de alguna ciudad nocturna,
de las de navaja hambrienta
y faldas de barricada,
donde morir es de menú
del día que toque
con pan y postre.
Amé doliendo
y dolorido,
derrochador de la caricia
y quizá hoy,
algo insolvente.
Embajador de lo amargo,
que perdura más
que la volátil dulzura,
huraño por adelantado
a la vejez tras esa esquina.
A bocanadas tengo
el aire que ahumo
de tabaco negro,
con ansia añeja
de a diario.
Sin alma me sé,
no desalmado,
pues procuro aliviar
al prójimo,
dañando lo inevitable,
y mis armas velo
aun vírgenes de la herida.
No adoro nada,
ignoro trascendencias
y si vi el Cielo fue
entre sábanas de arrullo.
Aquí me hayo,
localizable en extravíos,
hasta el mutis último,
sin bises de cortesía.
lunes, 2 de marzo de 2015
Vitae.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
SIN VERSOS EN LAS YEMAS
Se marchitaron los brotes de versos en las yemas de estos sarmientos, gélidos de la nevada, y el racimo es promesa por incumplir. No abu...
-
Me llegan cantos de terrón en voz de musgo, en voz de ave que sortea los pentagramas volando desde la entraña para arroparme en el duerm...
-
¿Tiene algo qué decirle a alguien querido u odiado pero no sabe como hacerlo de forma original?. ¿Tiene un amor secreto a quién sorprender ...
-
Yermo en palabras, catastrófico en versos, me derramo por los días en vertido silencioso y ajeno casi a esta atmósfera que improviso de ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.