Recuerdo aquella mujer flotando,
viva y coleando,
en las aguas del Mar Muerto
sustentada de sal,
adobada y sonriente,
ingrávida y satisfecha.
Aquel hombre a la solana
en el banco entre olmos,
dormitando leve,
engalanado de gorriones.
Los niños correteando,
entre gaviotas de espuma,
por una playa roja
del suroeste de África,
volando cometas de papel de seda.
A veces recuerdo eso,
lo que nunca viví
y sonrío con la brisa
de cualquier origen
en una mañana robada.
viva y coleando,
en las aguas del Mar Muerto
sustentada de sal,
adobada y sonriente,
ingrávida y satisfecha.
Aquel hombre a la solana
en el banco entre olmos,
dormitando leve,
engalanado de gorriones.
Los niños correteando,
entre gaviotas de espuma,
por una playa roja
del suroeste de África,
volando cometas de papel de seda.
A veces recuerdo eso,
lo que nunca viví
y sonrío con la brisa
de cualquier origen
en una mañana robada.
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