Tanto me dicen
que nada oigo.
Por eso callo,
por no decir
lo que no se escucha.
Y caen las palabras
sobre lo ya apalabrado
y sobre mojado
es diluvio.
Tanto se habla
por encima de las posibilidades
de toda sintaxis
que no hay sujeto
que aguante su vela.
Y dicen de mí
lo que de tí dicen
porque es decir el afán
y el ansia del que dicta.
Tanto se oye
en oído sin párpado
para poder cerrar la fuente
que te anega el entendimiento,
que bien sería del silencio
a voluntad y a tiempo.
que nada oigo.
Por eso callo,
por no decir
lo que no se escucha.
Y caen las palabras
sobre lo ya apalabrado
y sobre mojado
es diluvio.
Tanto se habla
por encima de las posibilidades
de toda sintaxis
que no hay sujeto
que aguante su vela.
Y dicen de mí
lo que de tí dicen
porque es decir el afán
y el ansia del que dicta.
Tanto se oye
en oído sin párpado
para poder cerrar la fuente
que te anega el entendimiento,
que bien sería del silencio
a voluntad y a tiempo.
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