Debéis apurar el  día,
 sin deteneos en la  espera
 de que aparezca en la  acera,
 la paz o la  porfía.
 Y si más  apeteciera
 un buen rato  sestear,
 os podría  aconsejar
 lo hagáis bajo la  higuera.
 Y es que  place descansar
 de los frutos a la  sombra,
 disfrutando del  aroma,
 que os endulza  el dormitar.
 El sueño  desescombra
 de los malos  pensamientos,
 recarga  conocimiento
 y  facilita maniobras,
 cuando llegado el  momento
 de tomar la  iniciativa,
 andará más  efectiva
 si el cuerpo vive  contento.
 El buen  hombre no se priva
 de su dósis de  pereza,
 ésta le da la  grandeza
 de una mente no  cautiva.
 Tambien obtiene la  fuerza
 para atacar los  molinos
 y desandar los  caminos
 inciertos de la  cabeza.
 
Me ha gustado mucho, tanto, que me están dando ganas de tumbarme un ratito :-)
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