Llegan a mis oídos rumores
que no entiendo qué proclaman,
como murmullo marino
que ilustra el duermevela
sobre una playa nocturna.
Me dicen cosas, a veces,
que son llovizna sonora,
que incomoda en el tiempo
sin llegar a calar.
Cosas graves, quizá,
que a mi entendimiento levitan,
fingiéndose entregada
mi atención dispersa.
Me llegan noticias,
siempre breves,
de sucesos consumados
que no consumen reflexión
en el tiempo muerto
que me roba el anunciante.
Indolencia sería,
si de doler no supiera,
mas lo será,
o serán los años
y lo que atesoran.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Rumores
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