sábado, 2 de julio de 2016

MURAMOS OTRO DÍA.

Fuegos.


Afán incandescente 
tenemos en la fricción 
de las pieles tibias, 
constelándonos en el estallido 
de los planetas que alineamos. 

Descompuestos en átomos 
que reagrupamos tras el jadeo, 
siempre en ascenso, 
tendiendo entre sábanas 
escaleras soberbias 
hacia cualquier olimpo. 

Dame el ámbar primitivo 
que fundiré con mi fiebre arcana 
y moldearé ídolos blasfemos 
en ofrenda a tus altares. 

Esta comunión salvaje,  
de pan de cuerpo 
y vino de boca, 
se consagra en el ansia 
que nos mata 
y nos resucita,  
mientras se expande este universo
por un lecho alado. 

No hay conciencia 
cuando la condena es cierta, 
vuela con mi sangre pasajera 
y muramos otro día. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente si quiere que se publicará si me place.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...