simplemente quizá por hablar,
me sumí en el abismo,
yo mismo.
Por decir,
quizá todo fue así por decir
que no había acomodo,
ni modo.
Y llega el ansia que ahoga
la primavera,
cuando pesan más las horas
que la vida entera.
Seguiré matando,
seguiré matando el tiempo,
seguiré viajando y dando
vueltas a tu firmamento.
Sigo blasfemando,
sigo siendo un irredento,
te sigo adorando y mando
cartas selladas en viento.
Es vivir,
quizá todo venga por vivir,
por no darse por muerto,
sin más cuento.
Por estar,
tal vez sea tan sólo el estar,
ser presente,
nunca ausente.
Pero te atrapa una ola
y te desbarata,
se vuelven piedras las horas,
nadie te rescata.
Seguiré matando,
seguiré matando el tiempo,
seguiré viajando y dando
vueltas a tu firmamento.
Sigo blasfemando,
sigo siendo un irredento,
te sigo adorando y mando
cartas selladas en viento.
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