encantado de saberse,
en todos los caldos verse
porque es él el elegido.
En el pueblo el más sabido
el amo de las esencias,
pues domina toda ciencia
y se proclama cronista
con la exclusiva de artista
y del pueblo la conciencia.
Si te permites crear,
escribir sin su permiso,
eres intruso insumiso,
tal vez un loco de atar,
pues es artista local
frecuente de las tabernas
y si por él fuera hibernas,
del mapa desapareces,
en el infierno te cueces
y en el muro te descuernas.
Bien pudiera usted olvidar
de que en esta villa existo,
yo nunca seré tan listo
y dinero no he de ganar
con fotos de mi mirar,
con versos que se me antojan.
Si algún editor me aloja
a usted para nada incumbe
y si de rabiar sucumbe
a mí me la trae muy floja.
Qué triste es el triste afán
de sentirse el estupendo,
de mi genio todo vendo
y a mí sombra no me dan.
Vendiendo chusco por pan,
por liebre vender el gato
y tomar por desacato
que algún otro entre en el ruedo,
tanto ser quiero y no puedo,
tanto hacer el mentecato.
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