martes, 10 de marzo de 2020

ONÍRICO

No sé cómo acotar los sueños
para que no se diluyan en la mañana,
tender una red nocturna
que retenga las palomas cantoras,
los diálogos imposibles
entre extemporáneos personajes
y mi vuelo subrogado
para releer las historias
que se pierden en los despertares
de apnea.

Intentar destejer las marañas
que enlazan los tiempos recorridos,
los sucesos deformes
y los anhelos disecados.

Aquellas caídas al vacío
casi eternas
y el abandono en ropa interior
en mitad de plaza pública,
sin hallar refugio
en los soportales del pudor impuesto.

No sé cómo acotar los sueños
o si quizá debiera,
si mejor no fuera
obviar todo delirio.




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