miércoles, 29 de julio de 2015

COLOREAR LA ARISTA.

Puerto de Llanes.


Podemos colorear la arista, 
dar tono cálido al gélido cemento 
que fraguamos día a día, 
decorar las asperezas, 
diversificar lo idéntico. 
Puede que convenga 
dinamizar lo estático, 
lo que sostiene, 
con preceptiva rudeza, 
nuestra levedad de carne. 
Podemos impostar la flor 
en yertos cubos de hormigón armado, 
sabernos mejores 
camuflando el gris que nos guarda 
y las tormentas serán más dulces, 
edulcoradas de almíbares sintéticos. 
Mejor derribados por la ola 
si la caída hiere en tonos pastel. 
La superficie seda, 
pero menos mal que hay aridez, 
firme y arisca 
bajo la ilusión sonora, 
que muda nos asegura 
el suelo necesario. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente si quiere que se publicará si me place.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...