Las palabras repetidas,
con monótona y alevosa insistencia,
van ganando peso al arrastrarse
en el resentimiento
y duelen más,
mucho más
cuando golpean.
Al tensar el vocablo,
estirándolo con furia,
como arma primitiva,
se agrieta en el sentido
y al romper,
fustiga el ánimo
estallando en el rostro,
como bofetada del revés.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
SIN VERSOS EN LAS YEMAS
Se marchitaron los brotes de versos en las yemas de estos sarmientos, gélidos de la nevada, y el racimo es promesa por incumplir. No abu...
-
Vestido de túnica de lluvia terca y constante, hago visitas programadas de protocolos de delirio. Sociedad, social, sociable, soci...
-
Entre años raros te despliegas en esplendores de esperanza. Entre meses raros y terminales de nuevas eras te proclamas plena, tú, peque...
-
Yermo en palabras, catastrófico en versos, me derramo por los días en vertido silencioso y ajeno casi a esta atmósfera que improviso de ...
Qué forma de jugar con las palabras más admirable. :-)
ResponderEliminar