Qué piensas que voy a hacer
cuando todo está deshecho.
No puedo planchar mi gesto
para lucirlo de domingo
como si fuera primavera,
cuando tengo en las tripas invierno.
Qué esperas tras otro día
en que ocurre todo
pero no pasa nada
y los rencores mal lavados
desbordan los cajones desconchados
de todas las viejas mesillas
con lámparas de cansada luz amarilla.
Ni una maleta deshecha
contesta mis preguntas,
ignorando el olor acre
de la camisa usada
de cansado sudor llorado.
Se abre otra incógnita
en la vieja cocina apagada,
donde está la sartén
de las palabras crudas.
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