miércoles, 6 de noviembre de 2019

VIENTO VIOLÁCEO

Fue aquel día de viento violáceo 
cuando descubrimos que las hojas muertas 
de los árboles más viejos 
traen versos escritos 
de los poetas difuntos. 

Versos perdidos y transeúntes 
que todos los otoños emigran 
buscando niños caminantes 
que los lean a media voz. 

Que los conjuren a la vida apalabrada 
de una lectura breve, 
leve, 
libre de falsetes 
para sembrar memoria 
de los poetas extintos. 

Fue aquel día de cárdeno viento 
penitente, 
viento culpable de las demencias, 
cuando encontré tu nombre grabado 
en la raíz más torneada. 



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