viernes, 25 de septiembre de 2020

LA CALLE COMO ACCIDENTE

Con la sonrisa nublada nos cruzamos de puntillas 
en las aceras del deshielo, 
mejor ni reconocerse y alegar despiste 
o ceder finalmente con algún cabeceo de rapaz nocturna. 

O negación o espanto, 
así parece que optamos sobre lo sobrevenido 
a sabiendas de lo laberíntico que nos intrinca. 

Con la mirada colgante 
desde la barandilla de un balcón homologado, 
higiénico o relavable, 
la calle empieza a ser accidente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente si quiere que se publicará si me place.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...