Los afectos en seco y húmedo,
verdades oleicas de aceites viejos ya
de aromas conocidos de ciertos,
de amables que me pincelan en lo breve
lo que se descorre en este lienzo
de capas de mil paisajes y retratos superpuestos.
Cuánto me dan que ni merezco
en estos tiempos del abrazo abortado.
Y sigo en el caballete,
bien presto para la trementina,
pero me llevaré estas caricias de espátula
que me siguen perfilando.
Bien sé que me cuarteo en los colores,
en tanto en cuanto las temperaturas fluctúan
y los arcoíris quieran ser prohibidos.
Tiempos son de tendencia al gris de los Guernica
como para solapar la sangre que venir pudiera.
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