y el gris nos estalló en la cara,
desaturándonos,
y empezamos a hablar en monoaural,
planos y mediocres,
en blanco y negro de bajo contraste,
y fue entonces cuando empezó el desfile.
Se marchitaron los brotes de versos en las yemas de estos sarmientos, gélidos de la nevada, y el racimo es promesa por incumplir. No abu...
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