viernes, 21 de abril de 2017

LUZ ABARATADA.

La luz de la ventana 
se abarata al uso 
y pinta colores apagados 
sobre la ciudad gastada. 

Dentro nada cambia. 

Se vive, 
se duele, 
se cura, 
se muere 
y los días pasan 
en gotero lento. 

Las fechas se diluyen 
en almanaques variables. 

Los libros se agotan 
de aportar argumentos 
y los auriculares se funden 
en listas de reproducción 
demenciales. 

Siempre hay 
una putada terapéutica 
que te duela por curarte. 

Descolgar luego la sonrisa 
qué evacúe los fantasmas 
pues el lamento envenena. 

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